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Estadísticas que marcan la diferencia en las apuestas deportivas: cómo usarlas para apostar

Actualizado el 28/07/2025 13:54                Compartir

El uso de las estadísticas y de los pronósticos deportivos de los mejores deportes son fundamentales para que los apostantes vean incrementadas sus opciones de acertar sus predicciones. De hecho, la importancia de resultados pasados y de registros queda patente en que las propias casas de apuestas los utilizan como base para generar las cuotas de los distintos eventos.

Porque más allá de una anécdota, las estadísticas, aunque no garantizan que algo vaya a suceder, sí reflejan lo que tiene más probabilidad de suceder. Si el equipo A y el equipo B se han enfrentado en situaciones similares en 10 ocasiones, con 7 victorias del equipo A, 2 empates y 1 victoria del equipo B es indudable que el equipo A tiene las de ganar en el undécimo enfrentamiento.

Además de la lógica referencia en todos los casos de las clasificaciones de la competición en cuestión, encontramos algunas estadísticas útiles que pueden aplicarse a todos los deportes.

El ‘factor cancha’ o el ‘factor campo’ y las conclusiones que saquemos de las estadísticas de un jugador o equipo, jugando como local o como visitante tienen especial relevancia. Jugar ‘en casa’ tiene más incidencia en unos deportes que en otros. En fútbol, donde no todos los campos tienen las mismas medidas, ni el mismo corte del césped, y decenas de miles de aficionados crean un ambiente favorable a su equipo, esa estadística tendrá lógicamente más incidencia que en otros deportes.

El momento de forma es otro aspecto vital a consultar en las estadísticas. Las clasificaciones son en ocasiones ‘mentirosas’ porque no reflejan las dinámicas de los contendientes. Un equipo puede haber mejorado con cambio de técnico o con algún fichaje o puede venirse abajo por culpa de una mala condición física o la lesión de jugadores determinantes. O un deportista particular, reflejar con las estadísticas recientes un bache a nivel físico o anímico.

Además de esos dos aspectos, cuyas estadísticas deben ser tenidas en cuenta en cualquier competición y disciplina, cada deporte tiene sus peculiaridades y unas estadísticas particulares relevantes.

En el fútbol es muy relevante la nómina de lesionados o sancionados. O al margen de ellos, la importancia que tiene un jugador en concreto de ser alineado en un once. La estadística puede mostrarnos cómo un equipo pierde mordiente ofensivo cuando no juega su máximo goleador, o cosecha resultados más negativos si es baja uno de sus centrocampistas organizadores.

Por la acumulación de partidos en un calendario asfixiante la estadística también puede darnos pistas. Si un equipo no acusa en Liga el jugar en competición europea será porque tiene una plantilla muy amplia. Pero si tras afrontar un encuentro de Champions o de Europa League se deja habitualmente algún punto en la competición doméstica habrá que tenerlo en cuenta a lo largo del campeonato, porque lógicamente sus tropiezos serán más habituales tras compromisos internacionales.

Las estadísticas futbolísticas no se refieren sólo a los equipos. Acudir a ver los números de cada árbitro pueden darnos pistas de cuántas cartulinas habrá en el choque o de si habrá o no un expulsado. Porque indudablemente, hay colegiados más ‘tarjeteros’ y menos ‘tarjeteros’. Más dialogantes y menos dialogantes. Y apostar a cualquier aspecto disciplinario sin consultar las estadísticas del colegiado es muy osado.

El tenis tiene varias estadísticas particulares muy útiles para ser consultadas. La más importante alude a los distintos balances de cada tenista en cada una de las superficies. Un tenista con un gran saque será más competitivo sobre pista rápida que sobre tierra batida. O si volea bien tendrá un porcentaje positivo de victorias sobre tierra. Una estadística que desglose su marca por cada superficie será muy valiosa para afrontar un pronóstico.

El ‘cara a cara’ entre los dos tenistas que se van a enfrentar (head to head) es una estadística también de obligada consulta. No sólo por el componente anímico que tiene a su favor un jugador que le tiene tomada la medida a otro. Si no porque posiblemente refleje que el juego de un tenista (más limitado, con un saque más potente, que no comete errores en un intercambio de revés a revés, o porque al ser zurdo incomode más a ese rival en concreto) tiene unas características que incomodan especialmente al otro.

En el tercero de los deportes más populares en el campo de las apuestas, el baloncesto, las estadísticas son claramente indicativas de lo que se puede esperar de un equipo o de un jugador. A nivel colectivo, nos indican si un equipo es más valioso en ataque o en defensa y sus partidos tienen tendencia al over o al under. También nos marcan la pauta respecto a si sus resultados son apretados o, por ejemplo, sus derrotas son amplias, síntoma de que cuando va por debajo ‘baja los brazos’. Y para apostar en vivo, pueden servirnos para conocer si tiene serias opciones de remontar o no un encuentro, teniendo en cuenta los partidos precedentes.

A nivel individual las estadísticas nos marcarán la tendencia de numerosos mercados ofrecidos por las casas. El número de rebotes, triples o tapones que protagonizará un jugador pueden predecirse con más facilidad a tenor de sus últimas actuaciones, aunque recordemos que las propias casas de apuestas establecerán una línea u otra en las apuestas que ofrecen basándose fundamentalmente en las mencionadas estadísticas.


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