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Impulsa Balears: Las islas mantienen la tercera posición en el ranking de desigualdad por razón de género

Impulsa Balears: Las islas mantienen la tercera posición en el ranking de desigualdad por razón de género

Actualizado el 08/03/2019 08:10                Compartir

Los diferenciales por razón de género ponen de manifiesto en Balears la pervivencia de determinados desequilibrios, especialmente vinculados a la esfera profesional, que siguen condicionando el impulso de la competitividad global de las islas. En este contexto, el Índice de Desigualdad de Género, propuesto por Naciones Unidas y elaborado por IMPULSA BALEARS a nivel regional, permite aproximar los avances en esta materia a través del establecimiento de una escala de puntuaciones que oscila entre 0 (desigualdad nula) y 1 (máxima desigualdad) atendiendo, principalmente, a cuestiones relacionadas con la salud reproductiva, el empoderamiento femenino y el mercado laboral. Desde esta perspectiva, la nueva actualización del índice, incluida en el monitor de vigilancia continua i|global, señala que Balears, con una puntuación (0,090) que no mejora la alcanzada en la medición del pasado año (0,089), sigue superando la media española (0,061) y conserva la tercera posición en el ranking autonómico, tan solo mejorando el resultado de La Rioja (0,134) y Murcia (0,103). Una posición que las islas ya ocupaban una década atrás y que desde entonces no han podido mejorar, pues el notable recorte que han acumulado en la puntuación del índice de desigualdad (-38,6%) ha sido inferior al del conjunto nacional (-43,4%) y, especialmente, al de las comunidades que más han avanzado en este sentido, como son Canarias (-59,5%), Madrid (-49,1%) y Cataluña (-46,4%).

El seguimiento de los principales desequilibrios por razón de género que explican estos resultados señala que los diferenciales positivos que, actualmente, se registran en el archipiélago a favor del segmento femenino en materia de formación superior y aprendizaje a lo largo de la vida, siguen revirtiendo negativamente en la esfera laboral, tanto en términos de participación, como de condiciones contractuales y oportunidades de carrera profesional para las mujeres. En este sentido, los últimos datos disponibles constatan que la incidencia del abandono escolar presenta entre la población femenina de las islas un incidencia (20,5%) inferior a la masculina (32,4%), hecho que se traduce en una mayor tasa de mujeres con estudios superiores (33,3% vs 29,1%, hombres) y, por consiguiente, con una mayor orientación a la formación permanente más elevada (9,7% vs 7,5%, hombres).

No obstante, el contexto laboral confirma que la participación de las mujeres en el mercado de trabajo (59,1%) dista más de 10 puntos porcentuales respecto del segmento masculino (69,9%), un diferencial negativo que se reproduce en términos de la tasa de empleo (52,6%, mujeres vs 61,4%, hombres) y que, en ningún caso, compensa la convergencia progresiva que se observa en términos de desempleo (11,1%, mujeres vs 12,1%, hombres).

Así mismo, la presencia femenina en categorías profesionales elevadas sigue siendo inferior a la masculina (46,3%), especialmente, si se atiende a las posiciones máximas de dirección y gerencia, en las que poco menos de un tercio están ocupadas por mujeres (31,1%). En una línea similar, y desde una perspectiva de especialización, la presencia femenina en segmentos productivos avanzados relacionados con la alta tecnología continúa siendo reducida, tanto en el ámbito industrial (20%), como de los servicios (35,7%), si bien se registra en términos porcentuales un avance significativo respecto de un año atrás (16% y 17,2%, respectivamente).

A estas cuestiones se une una mayor incidencia de la parcialidad, pues el porcentaje de mujeres con contratos que no suponen el ejercicio de una jornada laboral completa (19,5%) supera con creces la incidencia de esta modalidad contractual en el segmento masculino (5,6%), mientras que la sujeción a contratos temporales afecta a un grueso similar de trabajadores en ambos segmentos (27,6%, mujeres vs 29,2%, hombres).

En conjunto, se observa, pues, que el diferencial negativo de los salarios femeninos por hora se resiste a reducciones sustanciales (90,4%, respecto hombres; -0,7 pp anual), pues el punto porcentual que se ha conseguido rebajar en las categorías profesionales más altas (88%, respecto hombres; -1 pp anual) ha sido parcialmente compensado por el alza experimentada en las categorías medias (88,8%, respecto hombres; +0,9 pp anual) y bajas (93,9%, respecto hombres; +1,5 pp anual), tramo éste último en el que pervive la mayor desigualdad.


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