Actualizado el 03/12/2024 12:34 Compartir
El Grupo Parlamentario Socialista ha exigido al Gobierno, durante el pleno del Parlamento de hoy, que apruebe una moratoria de licencias para evitar que cada día sigan entrando solicitudes en los ayuntamientos para construir o legalizar edificaciones en zonas de riesgo y zonas inundables.
Una moratoria que, tal y como ha explicado la diputada socialista Mercedes Garrido, el Ejecutivo pudo aprobar el viernes pasado vía decreto ley, pero no lo ha hecho porque “mientras no hace nada, cada día entran nuevas licencias en los ayuntamientos y se piden nuevas casas en terrenos inundables”.
Garrido ha responsabilizado de esta situación al vicepresidente del Govern, Antoni Costa, de quien ha asegurado que es "un negligente", por haber aprobado "el mayor desbarajuste legislativo que nunca se ha aprobado en esta tierra, no sólo por el supuesto error en la votación de la ley de simplificación administrativa, sino también por el hecho de ratificar que se puedan continuar haciendo casas y urbanizaciones en zonas de riesgo, así como legalizar los ya existentes”.
De hecho, esa permisividad en la edificación en zonas inundables está en vigor desde mayo, gracias a la aprobación del decreto ley de simplificación administrativa del PP que revertía la prohibición aprobada por la izquierda.
Esto provoca un efecto llamada que también ha denunciado a la diputada socialista Pilar Carbonero, quien ha alertado de que “están permitiendo legalizar y construir en más de 30.000 edificaciones en suelo rústico, muchas de ellas en zonas inundables, cargando la presión sobre los ayuntamientos con un enorme problema que ha creado el PP”.
Por ello, Carbonero ha reiterado la petición al Gobierno de realizar una moratoria que no deje legalizar a los ayuntamientos en zonas de riesgo y ha denunciado que "si no la hacen, es por la falta de liderazgo y de consenso que el vicepresidente provoca".
Por último, el portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista, Marc Pons, ha trasladado al vicepresidente que "ha perdido una oportunidad que le dejará retractado por toda la legislatura", porque "en las ocho preguntas que ha tenido que responder, ha respondido con un tono de soberbia, de cinismo y de sobrado que da una imagen de un vicepresidente acorralado, que gestiona su desesperación de forma chapucera”.
Por eso, Pons ha pedido al vicepresidente que “asuma su responsabilidad, cambie la actitud y sino deje su sitio, porque ni siquiera ha llamado a los portavoces de la izquierda para pedir el apoyo que necesita para aprobar los dos decretos ley ” que deben corregir las pifias aprobadas la semana pasada.
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