Actualizado el 24/04/2025 12:37 Compartir
La llegada del verano en España marca el inicio de la temporada alta para el sector de la restauración y la hostelería. Miles de establecimientos incrementan su plantilla para hacer frente al aumento de la demanda turística, lo que convierte estos meses en una excelente oportunidad para quienes buscan empleo. Sin embargo, la competencia es intensa y contar con un currículum atractivo y adaptado al sector puede marcar la diferencia entre conseguir un puesto o quedarse fuera del proceso de selección.
Uno de los aspectos más valorados por los empleadores es que los candidatos cuenten con las formaciones y certificaciones necesarias para manipular alimentos de forma segura. De hecho, disponer del carnet de manipulador de alimentos y de conocimientos en gestión de alérgenos se ha convertido en un requisito imprescindible en la mayoría de las ofertas laborales del sector. Por tanto, prepararse adecuadamente y contar con esta formación específica es clave para acceder con éxito al mercado laboral estival.
Contar con certificaciones específicas es una de las formas más efectivas de destacar en un proceso de selección dentro del ámbito de la restauración. Existen varias formaciones básicas que todo candidato debería contemplar si desea mejorar su empleabilidad de cara al verano.
Una de ellas es el curso en higiene alimentaria, fundamental para garantizar que los alimentos se manipulan con seguridad durante todo el proceso, desde la recepción hasta el servicio al cliente. Este tipo de formación ofrece una visión clara sobre los riesgos asociados a una mala praxis higiénica y las medidas necesarias para evitarlos, algo especialmente importante durante los meses más calurosos, donde las temperaturas elevadas pueden favorecer la proliferación de bacterias y provocar toxiinfecciones alimentarias.
Además, conocer en profundidad la normativa del carnet de manipulador permite comprender no solo la obligación legal de contar con este certificado, sino también su relevancia en términos de seguridad alimentaria y responsabilidad profesional. Este documento acredita que el trabajador posee los conocimientos necesarios para evitar prácticas que puedan comprometer la salud de los consumidores.
Obtener el carnet de manipulador de alimentos no solo cumple con un requisito legal, sino que también aporta múltiples beneficios al trabajador. Mejora la imagen profesional, transmite confianza a los empleadores y demuestra compromiso con la calidad y la seguridad alimentaria. En muchos casos, disponer de esta acreditación puede ser el factor decisivo para conseguir el empleo frente a otros candidatos que no la tengan. Es posible incluso obtener el carnet de manipulación de alimentos gratis, lo que lo convierte en una opción aún más accesible para quienes buscan mejorar su perfil laboral sin inversión económica.
Junto a esta formación básica, es muy recomendable realizar un curso de alérgenos. En la actualidad, los establecimientos de restauración están obligados a informar claramente sobre la presencia de alérgenos en sus productos, y no contar con personal formado en esta materia puede suponer sanciones o pérdidas de clientes. Esta formación permite identificar los principales alérgenos alimentarios, entender cómo evitar la contaminación cruzada y saber cómo actuar en caso de emergencia.
Más allá de las certificaciones, presentar un currículum estructurado, claro y adaptado al sector es esencial. Para los empleadores del ámbito de la hostelería, lo más importante es conocer rápidamente si el candidato está capacitado para desempeñar las funciones requeridas, por lo que conviene destacar los siguientes aspectos:
Formación específica en seguridad alimentaria (manipulación, higiene y alérgenos).
Experiencia previa en puestos similares o en atención al cliente.
Idiomas, especialmente inglés u otros idiomas relevantes en zonas turísticas.
Disponibilidad horaria y flexibilidad para trabajar en turnos o fines de semana.
Habilidades personales como la proactividad, el trabajo en equipo y la capacidad para mantener la calma bajo presión.
Un buen currículum no debe sobrecargar al lector con información innecesaria, sino resaltar los puntos clave que se ajustan al perfil del puesto ofertado.
Durante la época estival, las temperaturas elevadas incrementan el riesgo de proliferación de microorganismos peligrosos en los alimentos. Por ello, la prevención de toxiinfecciones alimentarias se convierte en una prioridad absoluta en los establecimientos de restauración. En este contexto, contar con personal formado correctamente cobra aún más sentido.
La manipulación adecuada de los productos, la correcta conservación de los alimentos perecederos y la limpieza exhaustiva de utensilios y superficies son prácticas fundamentales que deben dominar todos los trabajadores del sector. La formación reglada asegura que estas pautas se cumplan, reduciendo drásticamente la probabilidad de incidentes que puedan afectar la salud de los clientes y la reputación del establecimiento.
En plena temporada alta, los responsables de contratación buscan perfiles que puedan integrarse rápidamente y desempeñar su función con eficacia. Aunque la experiencia es un factor importante, muchas veces se prioriza la actitud y la preparación previa.
Formaciones breves pero esenciales, como el carnet de manipulador o el curso de alérgenos, indican que el candidato está listo para incorporarse de inmediato. Además, estos certificados muestran interés real en el sector y preocupación por hacer bien el trabajo, algo muy valorado por los equipos de recursos humanos.
También es importante tener en cuenta que muchos establecimientos tienen inspecciones sanitarias frecuentes, y contar con un equipo formado reduce los riesgos de sanciones o problemas legales.
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