Cultura

La guerra de Libia ya tiene su expolio: roban el «tesoro de Bengasi»

Actualizado el 05/11/2011 07:11                Compartir

Ya no hay guerra sin expolio y la de Libia no iba a ser una excepción. Según ha confirmado Interpol, el «Tesoro de Bengasi» ha sido robado durante la refriega, seguramente el pasado 25 de mayo. Se trata de una colección de piezas procedentes de la Cirene griega y romana, desde el siglo VI antes de Cristo. Una colección que es también un misterio: jamás expuesta, nunca fotografiada, llevaba oculta desde 1961 en las tripas acorazadas de un banco de Bengasi, envuelta en baúles y cajas fuertes de la Segunda Guerra Mundial. Muy pocas personas en Occidente recordaban su existencia, y ahora la Unesco ha hecho sonar todas las alarmas y enviará una misión urgente a Libia. Otra vez guerra y expolio. Todos tenemos aún grabadas en la retina las tristes imágenes del Museo Arqueológico de Bagdad asaltado y hemos visto publicados los ases de la baraja decorada con las piezas más buscadas de la guerra del Golfo, que imitaba los naipes que los soldados estadounidenses llevaban consigo y que sirvieron para identificar a los hombres de Sadam. Y nunca podremos olvidar la salvaje voladura de los Budas de Bamiyán por la mano iconoclasta y dinamitera de los talibán. También viene a nuestra memoria el heroico rescate de las piezas del museo de Kabul, que sobrevivieron ocultas entre la buena gente de la capital afgana. Incluso podemos evocar el reciente asalto al museo de El Cairo... por los furtivos de la primavera árabe. En mitad de la refriega libia, con los aviones de la OTAN, incluidos algunos españoles, sobrevolando las cálidas y rosadas arenas de Cirene —cantadas por Catulo—, el robo acontenció sin que se le diese publicidad en un principio. Aquel 25 de mayo, según informa «The Art Newspaper», se produjo un traslado sin autorización desde la cámara acorazada del Banco de Comercio Nacional en la calle de Omar al-Mukhtar. Miles de obras de arte irrepetibles y de monedas de oro y plata desaparecieron de la vista del mundo como si se las hubiese tragado el desierto. Interpol ha alertado a 188 Policías de todo el mundo. Habían pasado tres meses desde la toma de Bengasi por los rebeldes y el tesoro estaba a buen recaudo. El oro de los griegos y los romanos y todo el ajuar de la era clásica que lo acompaña permanecía en el banco dentro de dos contenedores blindados de la Segunda Guerra Mundial y una caja de caudales. Pero durante el traslado del 25 de mayo a la sede de otro banco, cerca del Hotel Dujal, desapareció uno de los ajados contenedores y la caja de caudales. Un patrimonio inmenso Al parecer, y según declaraciones de la arqueóloga Serenella Ensoli, directora de la misión italiana a Cirene, a «The Art Newspaper», se sospecha que los ladrones reventaron los candados de lo contenedores para extraer las piezas que les parecieron de mayor valor, dejando en un único baúl metálico los objetos que decidieron no llevarse. Hay que recordar que Libia, y en concreto la Cirenaica, posee algunos de los más valiosos yacimientos del mundo antiguo. Arqueólogos contactados por ABC han relatado que debido al aislamiento cultural bajo el mandato de Gadafi, así como la falta de perspectivas de explotación turística, se permitió que muchos equipos internacionales de la Unesco excavaran durante décadas teatros griegos y zonas de gran relevancia arqueológica que, en algunas ocasiones, fueron de nuevo enterrados bajo las arenas del desierto para su mejor protección. Las piezas más valiosas del olvidado «tesoro de Bengasi» proceden en su mayor parte de misiones como la de 1917 en el Templo de Artemisa en Cirene, cuyo yacimiento se encuentra al este de la ciudad. Cabezas en relieve, frisos con batallas y las monedas de oro, junto con adornos del valioso metal, forman el grueso del tesoro. Otros materiales proceden del palacio helenístico de columnas, entre Bengasi y Cirene, excavado en 1937. La colección de unas miles de monedas incluye cientos de piezas de oro (364) y plata (2.433), pero también de bronce (4.484). Asimismo, lo integran 306 joyas y otras 43 piezas antiguas de gran valor. Los italianos llevaron a Roma el tesoro en 1943 y luego al norte de la península Itálica. Después de la Segunda Guerra Mundial permaneció en Roma hasta que fue devuelto a Libia en 1961. De esa fecha data el inventario, desgraciadamente sin las fotografías que permitirían hoy identificar las piezas que ya deben ofrecerse en el mercado negro. Las autoridades creen que ya se mueven las primeras piezas en los antros de Egipto y Libia.

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