Actualizado el 16/03/2023 12:44 Compartir
Demasiados obstáculos para un destino al que muchos llegan forzados
“Tener por destino las Islas Baleares es para muchos compañeros que inician su período de prácticas un castigo, una mala suerte que hace que su destino los lleve hasta el lugar de España donde la superpoblación y la escasez de vivienda les exige un objetivo casi milagroso, hallar un lugar digno donde dormir”, comenta Leal. Los compañeros de JUCIL han solicitado y han mantenido reuniones con la delegada del Gobierno y han reclamado espacios adecuados para los guardias civiles a los que se destina a las Islas Baleares. La respuesta ha sido siempre que en el Gobierno son conscientes de este problema, pero no han hecho nada por solucionarlo”, añade el secretario general de la asociación profesional.
Ciudadanos y turistas, los principales perjudicados
La comunidad autónoma contabiliza en la actualidad 1.752 guardias civiles cuando el catálogo de puestos de trabajo prevé 2.264 efectivos. “Y esos 1.752 ya incluyen los 112 guardias alumnos en prácticas llegados en 2021 y los 144 de 2022, muchos de los cuáles marcharán a otros lugares en cuanto tengan ocasión de elegir destino, porque aquí sus condiciones de vida no son, ni de lejos, las adecuadas”, explica Ernesto Vilariño. “La principal consecuencia es que las patrullas de Seguridad Ciudadana apenas tienen capacidad más que para responder a las llamadas de los ciudadanos o los servicios de emergencia, y eso, con la más que certera posibilidad de que se llegará tarde”, agrega Leal. “Estas circunstancias han provocado que un territorio superpoblado, que ha crecido en 12.000 residentes apenas en un año y con una media entre todas las islas de 2,3 millones de personas, a veces más de tres millones en los meses de verano, la inseguridad haya crecido y que, tal como se indicaba recientemente, casi el 40% de los mallorquines aseguren que han sufrido algún delito el año pasado”, apunta el secretario general de JUCIL.
La asociación profesional defiende y promueve, junto con otras entidades como el sindicato CSIF, que la insularidad se convierta en un complemento específico en el salario de quienes trabajan en las Islas Baleares, un incremento retributivo que sirva de acicate para buscar destino en esta comunidad autónoma frente a la situación actual, en la que verse obligado a trabajar en las Islas Baleares “es una situación forzosa antes que elegida voluntariamente”, precisa Ernesto Vilariño. “JUCIL reclama un lugar digno para todos los guardias civiles y para el resto de los funcionarios destinados a las Islas Baleares. Según nuestros datos, la Zona y Comandancia de la Guardia Civil en Baleares cuenta con 544 pabellones oficiales, de los cuales algunos se hallan en estado de inhabitabilidad”, matiza Vilariño. Hay 365 de estos pabellones en Mallorca, 94 en Menorca y 64 en Ibiza. Formentera cuenta con 21. “Baleares como destino es cada vez más una pesadilla con la que sueñan los guardias alumnos en prácticas y eso no puede continuar”, concluye Ernesto Vilariño.
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