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El impacto económico del pádel en Mallorca y las Baleares: un fenómeno deportivo y empresarial

El impacto económico del pádel en Mallorca y las Baleares: un fenómeno deportivo y empresarial

Actualizado el 26/11/2025 14:06                Compartir

El pádel en Baleares vive un crecimiento sin precedentes. Con una densidad de jugadores muy superior a lo que correspondería por población, el archipiélago se ha convertido en una de las potencias nacionales del deporte. Mallorca, en particular, combina un tejido deportivo sólido —más de 6.800 licencias federadas, 75 clubes oficiales y alrededor de 370 pistas en todo el territorio balear— con un modelo económico único marcado por el turismo deportivo, la desestacionalización y el auge de los clubes premium. A esto se suma un ecosistema empresarial en expansión, una federación saneada y un interés creciente entre jóvenes y visitantes extranjeros, consolidando al pádel como un motor económico y social en la isla.

El “milagro demográfico” del pádel balear

El pádel en Baleares ha dejado de ser una actividad recreativa para convertirse en un auténtico motor económico, social y turístico. En Mallorca, especialmente, este deporte ha logrado consolidarse como una disciplina identitaria que combina participación masiva, crecimiento sostenido y un tejido empresarial cada vez más sólido. El resultado es un ecosistema que trasciende lo deportivo y que se ha integrado plenamente en la vida económica de la isla.

El auge del pádel en Baleares es un fenómeno singular dentro del panorama español. Aunque el archipiélago tiene una población relativamente pequeña, se ha situado como la séptima comunidad autónoma con mayor número de licencias federativas, alcanzando las 6.862 en 2024 según la Federación de Pádel de las Islas Baleares. Hace tan solo dos años, en 2022, esa cifra rondaba las 4.800, lo que implica un crecimiento superior al 40 % en un periodo sorprendentemente corto.

Este aumento no solo se refleja en los jugadores federados. En toda la comunidad existen alrededor de 370 pistas repartidas en unos 80 clubes, lo que demuestra tanto la demanda como la capacidad de inversión por parte de promotores y entidades deportivas. Mallorca concentra la mayor parte de esta infraestructura y destaca por un tejido industrial muy diversificado, formado por clubs urbanos, instalaciones en polígonos industriales y pistas dentro de complejos hoteleros o urbanizaciones privadas. A esto se suma la expansión de la base joven, que ha pasado de apenas 60 a 100 jugadores federados en 2014 a más de 500 en 2025, garantizando la continuidad del deporte y creando una cantera que alimenta competiciones locales y autonómicas.

El modelo Mallorca: turismo deportivo, desestacionalización y clubes premium

Lo que realmente diferencia a Mallorca del resto de regiones españolas es la integración del pádel en la industria turística. El perfil del visitante que viaja específicamente para practicar deporte, especialmente el procedente del norte de Europa, ha modificado el comportamiento de los clubes y ha generado un modelo económico particular. El turista deportivo alemán y nórdico, que representa en torno al 20–25 % de los visitantes deportivos de la isla, es responsable de hasta la mitad del gasto total vinculado a este segmento. Su estancia suele estar asociada a stages intensivos, cursos personalizados, torneos privados o paquetes combinados con alojamiento, gastronomía y servicios complementarios.

Este fenómeno ha contribuido a reducir la dependencia de la temporada alta. En los meses de octubre a abril, cuando el turismo general disminuye, los clubes de Calviá, Palma o Llucmajor mantienen una actividad elevada gracias a la llegada de equipos extranjeros y grupos privados que buscan clima suave y buenas instalaciones. El pádel, por tanto, ha generado una desestacionalización real, algo poco habitual en los destinos balearicos.

Al mismo tiempo, la isla ha desarrollado un nuevo tipo de club que va más allá del simple alquiler de pista. Espacios como las instalaciones de la Rafa Nadal Academy han implantado un modelo premium que combina deporte, gastronomía, bienestar y experiencias sociales. En este tipo de centros los usuarios no solo juegan, sino que disfrutan de restaurantes de alto nivel, gimnasios completos, áreas wellness o tiendas deportivas exclusivas. Este formato ha elevado el ticket medio por visitante y ha impulsado al pádel como un producto experiencial, alineado con las tendencias de consumo de un público cada vez más exigente.

Rentabilidad del suelo balear: un reto para los promotores

La implantación de clubes de pádel en Mallorca está condicionada por un factor estructural clave: el coste del suelo. La isla, con espacio limitado y precios notablemente superiores a los de la península, obliga a los promotores a optimizar al máximo el uso de cada metro cuadrado. En polígonos como Son Castelló, Can Valero o Son Bugadelles, el precio del alquiler o de compra de naves industriales dificulta la viabilidad de proyectos que no alcancen una ocupación elevada y constante.

Aun así, los modelos de explotación demuestran que, con una buena gestión, el pádel puede ser rentable incluso en un entorno tan competitivo. Se estima que un club con cuatro pistas y una ocupación sólida puede generar entre 240.000 y 250.000 euros anuales brutos, sumando ingresos por alquileres, escuela, restauración y eventos. En Mallorca, el área de bar y restauración tiene un peso más relevante que en otras regiones, ya que la cultura social y la presencia de público extranjero aumentan el consumo en estas zonas. Los clubes que integran cafeterías, terrazas amplias o servicios gastronómicos suelen lograr una mayor fidelización y un ticket medio más elevado.

Salud institucional y atracción de eventos

El crecimiento del pádel en Baleares también ha sido posible gracias a una federación sólida y bien gestionada. La Federación de Pádel de las Islas Baleares ha cerrado sus últimos ejercicios con superávit, en torno a los 18.000 euros positivos en 2024, lo que ha permitido ampliar la oferta de torneos, mejorar la promoción del deporte base y reforzar la estructura competitiva local. Este equilibrio económico se traduce en más actividad, más formación y más oportunidades para jugadores y clubes.

Además, la isla se ha posicionado como un destino atractivo para la celebración de torneos nacionales e internacionales. Su clima, su conectividad aérea y su atractivo turístico actúan como un potente imán para marcas deportivas, equipos extranjeros y patrocinadores locales, especialmente empresas vinculadas al sector náutico, inmobiliario y de la construcción, que encuentran en el público del pádel un perfil alineado con sus intereses.

Un ecosistema favorecido por el clima y el estilo de vida

El clima mediterráneo de Mallorca es uno de los grandes responsables del auge del pádel. Con más de 300 días de sol al año y temperaturas suaves incluso en invierno, la isla permite mantener una actividad deportiva constante durante todo el año sin grandes interrupciones por mal tiempo. Esta estabilidad climática, unida a un estilo de vida social y activo, ha impulsado la creación de escuelas, campus internacionales y programas de entrenamiento que se desarrollan de forma ininterrumpida.

El público local también ha incorporado el pádel a su rutina diaria, no solo como deporte, sino como espacio social. La cultura mallorquina del “después de jugar nos quedamos a tomar algo” encaja perfectamente con el crecimiento de clubes que ofrecen terrazas amplias, bares de calidad y servicios complementarios.

Udyr Sport, un club de referencia en Palma de Mallorca

En este escenario tan dinámico, Uydr Sport se ha consolidado como uno de los clubes de pádel más completos y versátiles de Mallorca. Su ubicación en Palma y su concepto de deporte + bienestar lo convierten en un referente dentro de la isla. El club cuenta con once pistas de pádel —una individual, cuatro indoor y seis outdoor— que permiten jugar durante todo el año, independientemente del clima. Además, sus instalaciones incluyen piscina, áreas de entrenamiento funcional, clases de yoga y pilates, fisioterapia, bar-restaurante, tienda deportiva y espacios diseñados para eventos, cumpleaños, torneos y actividades de empresa.

Sin ninguna duda, el club ha sabido adaptarse a las nuevas dinámicas del pádel mallorquín. Su combinación de instalaciones modernas, ambiente social, oferta deportiva amplia y comunidad activa encaja perfectamente con las tendencias actuales del mercado. Es un ejemplo de cómo un club de pádel local puede competir con grandes complejos gracias a la calidad del servicio, la cercanía con el jugador y una propuesta que apuesta por el deporte y lo social como experiencia completa.

Baleares, un laboratorio del pádel del futuro

El pádel en Baleares representa un caso de éxito difícilmente replicable en otras regiones. El archipiélago ha logrado unir masa social, turismo deportivo, inversión privada, clubes premium, cantera joven y estabilidad institucional en un modelo que evoluciona año tras año. Mallorca, especialmente, se ha convertido en referencia nacional por su capacidad de atraer a jugadores locales y extranjeros, por su oferta de instalaciones de calidad y por su potencial para desestacionalizar la actividad turística.

En la isla, el pádel ya no es una moda pasajera, sino un sector económico sólido, con proyección internacional y con clubes de referencia que simbolizan el futuro del deporte: instalaciones modernas, servicios complementarios, experiencia social y un entorno que vive el pádel los 365 días del año.

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