Terraferida pide al Govern que frene el crecimiento portuario que propone el nuevo Plan General de Ports
Actualizado el 11/12/2021 14:02 Compartir
En junio de 2021 el Govern de las Islas Baleares aprobó inicialmente el Plan General de Puertos de las Islas Baleares. El Plan despliega una ley (la 10/2005) de Puertos de las Islas Baleares aprobada en tiempos del expresidente Jaume Matas y mantiene su perspectiva desarrollista, a pesar de la renuncia a construir ciertas infraestructuras. El pasado mes de septiembre, Terraferida y otras entidades presentaron alegaciones que, a día de hoy, todavía no han sido resueltas.
El Plan prevé hacer crecer un 13% el número total de amarre pasando de 24.020 a 27.131. Un 5% de este crecimiento sería de amarre permanente. El crecimiento propuesto por el Govern, tomando como referencia una estima del año 2017, prevé pasar de 30.022 embarcaciones a 36.745 en 2033, un incremento del 22,4%.
Es especialmente preocupante la filosofía de todo el Plan, un documento siempre en favor de embarcaciones cada día más grandes e impactantes que ve el mar como un negocio, un espacio que debe mercantilizarse al máximo aunque esto signifique arrinconar aún más los usos tradicionales y las pequeñas embarcaciones y aumentar la presión náutica sobre las zonas de baño para locales y turistas.
Todo este crecimiento contradice el relato comunicativo de Ports, que trata de ofrecer una imagen verde que no se corresponde con el Plan, convencidos de que la prensa, las entidades y la población en general no le leerá. Sin embargo, nuestra preocupación y la de muchas entidades es máxima ya que somos conscientes de que este Plan tendría un enorme impacto negativo sobre los ecosistemas marinos, sometidos ahora mismo a una presión ya excesiva.
El Plan, además, prevé una fiscalidad que mejore el desarrollo de la náutica, una inversión de más de sesenta millones de euros en reordenación de puertos y clubes náuticos y un impulso a las marinas secas, dragados, crecimiento de muelles, nuevas rampas y varaderos. Es por eso que pedimos al Gobierno que apueste por no crecer nada, cero amarres y que elimine a los ilegales (más de 1.000). Es necesario renunciar a esta visión mercantilista del mar, las instituciones públicas deben defender los ecosistemas marinos y los usos humanos tradicionales en vez de apostar por la gran náutica y privilegiar el uso del litoral por parte de los más ricos.