Opinión
El GOB documenta en el Port de Sóller los impactos más relevantes que sufre la posidonia en Baleares

El GOB documenta en el Port de Sóller los impactos más relevantes que sufre la posidonia en Baleares

Actualizado el 31/08/2021 19:46                Compartir

La bahía de Sóller presenta, en una superficie relativamente reducida, buenos ejemplos de algunos de los impactos más relevantes que sufre la posidonia en Baleares: la destrucción de la pradera debido al fondeo y la contaminación y degradación del medio por vertido de aguas residuales.

Por ello, y aprovechando la sensibilidad y preocupación por parte de socios y simpatizantes del GOB en Sóller, el pasado 20 de agosto se realizó una inmersión con dos equipos de buceadores que fueron documentar estos dos impactos en la bahía. El pequeño vídeo que presentamos hoy es el resultado.

La aprobación del Decreto 25/2018, de 27 de julio, sobre la conservación de la Posidonia oceanica en las Islas Baleares es un hito importantísimo para la que no nos cansaremos de felicitar al Gobierno, y constituye una herramienta fundamental para abordar convenientemente parte la problemática que sufre este hábitat. A lo largo de estos tres años se ha hecho mucho trabajo y sin duda se han logrado avances en concienciación ciudadana. Pero aún así consideramos que los esfuerzos deberían incrementarse sustancialmente.

En cuanto la vigilancia e información sobre el fondeo, el año Pasado se detectaron búsqueda de 5.700 casos en que se estaba afectando pradera de posidonia con el ancla y / o la cadena. Afortunadamente parece que Los últimos años el Porcentaje de embarcaciones fondeadas sobre posidonia está disminuyendo en relación al total, pero a pesar de Ello el número de casos Sigue siéndo altísima. Y el número real estará bastante Por encima de las Cifras oficiales, claro, ya que el Servicio de vigilancia no da a basto.

Por otra parte, el número de actos iniciadas por los Agentes de Medio Ambiente fue de 71, una cifra que supone un ratio de una denuncia por cada 81 casos (un 1,24%) detectados por el servicio de vigilancia. Ya sabemos que el servicio de vigilancia no siempre cuenta con la asistencia de los AMAS, ya que éstos sólo pudieron hacer 99 salidas con las barcas, pero es que incluso teniendo en cuenta esta limitación de personal el ratio es de menos de una denuncia por jornada de trabajo de los AMAS. Lógicamente los fondeos que pueden generar más impacto son los de las embarcaciones más grandes. El año pasado las embarcaciones de más de 15 metros de eslora supusieron aproximadamente un tercio de las asistidas por el servicio de vigilancia, por lo que incluso si se pretende actuar prioritariamente sobre los grandes yates y veleros el número del actas de infracción levantadas está muy por debajo de lo deseable.

La normativa ambiental que aprueba (y cuesta mucho aprobarla) está para darle cumplimiento. Si no, la ciudadanía puede interpretar que es una norma "de segunda", y que existe una relajación en su aplicación y por lo tanto se permite una cierta impunidad.

En cuanto a los vertidos, en Baleares hay 143 depuradoras de aguas residuales, de gestión pública o privada, de las que 33 vierten al mar las aguas tratadas a través de emisarios. Se calcula que el volumen de agua vertida se sitúa en torno a los 69 millones de metros cúbicos, de los que un tercio (unos 22 millones) provienen de estaciones que sólo cuentan con tratamiento secundario.

Aunque la estación depuradora de Sóller dispone, según ABAQUA, de tratamientos adicionales al secundario, las quejas de los agricultores sobre la calidad del agua que reciben y las analíticas realizadas durante el pasado mes de agosto evidencian el déficit en la calidad del tratamiento, probablemente a causa de haberse sobrepasado la capacidad de la estación durante las semanas de máxima presión humana (turística). Esta situación es probable que también se produzca en otras depuradoras que, sobre el papel, deberían depurar por encima del tratamiento secundario.

Más allá de los episodios de sobrecarga, debemos tener en cuenta los episodios puntuales de desbordamiento de la capacidad (y por tanto de vertido de agua mal depurada) a causa de las lluvias en núcleos urbanos donde no están completamente separadas las redes de aguas pluviales y fecales. El caso de la depuradora de Palma es paradigmático.

El decreto de protección de la posidonia establece que los titulares de autorizaciones de vertido al mar por conducción o emisario submarino remitirán anualmente a la Dirección General de Ordenación del Territorio los resultados de los controles de seguimiento previstos en la autorización, y que estos resultados se remitirán, igualmente, al Comité Posidonia que los conozca. Establece también que si a la vista de los resultados se puede inferir una afección en la pradera de posidonia proveniente de un vertido, la Dirección General de Ordenación del Territorio, de oficio oa solicitud de la Dirección General de Espacios naturales y Biodiversidad, requerirá al titular del vertido que efectúe las mejoras necesarias en el tratamiento del efluente para minimizar su impacto.

Desde la aprobación del decreto ya se han celebrado dos reuniones del Comité Posidonia, y en ninguna de las dos se han presentado los resultados del seguimiento. Nuestra organización también les pidió formalmente, sin recibir respuesta.

Este es un impacto poco visible para el ciudadano, pero esto no puede justificar la insuficiente atención y actuación administrativa. Estudios científicos realizados en Baleares ponen de manifiesto el impacto negativo de los vertidos sobre la conservación de las praderas de posidonia. Ya sabemos que las mejoras de las infraestructuras son costosas, pero no podemos seguir ensuciando el mar con las aguas residuales. Desde el GOB propone que el Gobierno asuma e impulse una hoja de ruta que contemple la disposición del tratamiento adecuado (terciario) y la reutilización agraria de las aguas depuradas. Basta de verter agua (bien o mal depurada) al mar.

Volviendo al caso de la bahía de Sóller, reclamamos al Gobierno un mayor control sobre el fondeo ilegal que está degradando la pradera de posidonia, y la disposición si fuera necesario de medidas alternativas (boyas de bajo impacto ecológico). En cuanto al vertido de aguas sucias, pedimos la realización de las obras necesarias para reutilizar agràriament todas las aguas tratadas


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