Opinión
Terraferida: La planta de hidrógeno de Lloseta encubre la explotación y fabricación de áridos y cemento

Terraferida: La planta de hidrógeno de Lloseta encubre la explotación y fabricación de áridos y cemento

Actualizado el 28/06/2021 17:30                Compartir

El anuncio de crear una planta de hidrógeno "renovable" en Lloseta ni reindustrialitzarà nuestro tejido productivo ni favorecerá un modelo energético que supere las energías fósiles. El proyecto, presentado a Palma por la presidenta del Gobierno de las Islas Baleares, Francina Armengol, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, pone de manifiesto la sumisión de las autoridades a Cemex y las grandes empresas de el oligopolio energético (Acciona, Enagas y REDEX).

El gobierno español y el balear, bajo el rótulo de la transición a las "energías renovables", promueven y subvencionan una operación de camuflaje que quiere disimular el mantenimiento de las actividades extractivista (la cantera de Can Negret), la construcción de una planta de áridos y el retorno a la fabricación de cemento por parte de Cemex. La incorporación en esta operación del oligopolio energético sirve de excusa para acaparar las inversiones de los fondos europeos Next Generation y proceder a la conversión indiscriminada del suelo agrario en suelo industrial de bajo valor añadido. La "transición ecológica "por lo tanto, enmascara el mantenimiento de un modelo fundamentado en el crecimiento y el consumo indiscriminado de unos recursos naturales (tierra, agua, minerales ...) cada vez más escasos. los sitios de trabajo creados (un máximo de 18 segundos el estudio de seguridad del proyecto) no justifican la operación y generan unas expectativas desmesuradas en una comarca, el Raiguer, castigada por una desindustrialización que no revertirá un proyecto que abunda en las contradicciones y los vicios de un modelo que sólo favorece a los accionistas de un puñado de empresas foráneas.

La energía no será "verde", y menos aún el producto que saldrá

El proyecto de la planta de hidrógeno de Lloseta acompaña con la instalación de dos plantas fotovoltaicas (10 MW cada una), una en Lloseta mismo y la otra en Petra (en rústico) para producir hidrógeno a partir de agua desionizada proveniente de un pozo (3000 L / h, con 1000 L / h de rechazo). Estas instalaciones fotovoltaicas camuflan el elevado consumo de energía del complejo (planta de hidrógeno, cementera y planta de áridos) y no cubren de ninguna manera el consumo real. la producción fotovoltaica verterá a la red eléctrica y la planta industrial de Lloseta consumirá energía de la red general que no será al 100% renovable. El hidrógeno producido, por tanto, no será "verde"; como menos aún lo será el consumo de la cantera, el de la planta de áridos y el de la cementera. Por lo tanto, bajo la capa de la energía verde, subvencionam actividades de gran consumo energético, muy contaminantes y con un elevadísimo impacto ambiental.

Unos autobuses financieramente inviables.
La producción máxima de hidrógeno de la planta prevista sería de de 2000 m³ / h, que equivalen a unos 164 kg / h. Este hidrógeno habría comprimirlo los 30 bares que salen del electrolizador y transferirlo a contenedores a alta presión (300 bar) para transportarlos a Palma en camiones (movidos con gasóleo) hasta el polígono de Son Oms. Allí estos contenedores supuestamente servirán para que funcionen autobuses urbanos con pila de combustible. De momento, esto es ciencia ficción porque la Empresa Municipal de Transportes de Palma (EMT) no tiene abierto ahora mismo ningún expediente de adquisición de autobuses con pila de combustible. Autobuses que son muy más caros que los de gas fósil comprimido que se han adquirido.

Por otra parte, la EMT sufre una delicada situación financiera, agravada por la caída de ingresos por causa de la crisis de la Covidien-19. De hecho, el alcalde de Palma, José Hila, ha tenido que agradecer al Estado la transferencia de 12,3 millones de euros que sólo paliarán "una parte de las pérdidas" de la compañía. Resulta poco creíble que, en plena crisis, el futuro del transporte público tenga que pasar para hacer experimentos energéticos costosísimos, con tecnologías escasamente rodadas y a costa de distraer partidas del buen servicio a los ciudadanos.

El hidrógeno no es una fuente de energía: es un sumidero energético. La propaganda de los lobbies de el hidrógeno hacen ver que "el elemento más abundante" de la naturaleza es una fuente de energía "limpia". la realidad es que para aislarlo y usarlo como combustible, hay que invertir unas cantidades desmesuradas de energía eléctrica. El rendimiento útil del hidrógeno como combustible es del 53%; el de un motor eléctrico supera el 95%. Por tanto, ante la evidencia de una crisis energética en los años y décadas a venir resulta absurdo y contraproducente derrochar electricidad y suelo rústico valioso tanto desde el punto de vista ecológico como desde el agroalimentario.

La producción de hidrógeno a partir de energía solar fotovoltaica sólo se justifica como posibilidad de almacenamiento de un excedente de energía eléctrica en forma líquida, pero presenta muchos de inconvenientes: es un elemento muy volátil, muy difícil de almacenar, requiere depósitos y tuberías especiales que sufren pronto los efectos de la corrosión. Además, la extrema volatilidad de el hidrógeno hace que, una vez almacenado, los depósitos sufran fugas y pérdidas enormes (un 20% cada 100 días).

Por lo tanto, una economía del hidrógeno tiene poco sentido en unas islas en las que se están desplegando indiscriminadamente plantas solares fotovoltaicas que durante la noche, por definición, no producen electricidad. No tiene ningún sentido tener que incrementar la superficie dedicada a instalaciones solares para perder más de la mitad de la electricidad captada por el procedimiento de transformarla en hidrógeno cuando saldría mucho más a cuenta electrificar directamente un transporte público (trenes, tranvías, trolebuses y autocares eléctricos o con gas) que funciona esencialmente de día.

En ningún caso el hidrógeno es un combustible que pueda sustituir, a gran escala, las prestaciones actuales los hidrocarburos en el sector del transporte. El carácter fantástico del proyecto que se ha presentado se pone aún más de manifiesto cuando leemos que, previa compresión a 700 bar, parte de este hidrógeno serviría para recargar automóviles de turismo (sólo hay un modelo que se comercialice ahora mismo en España).

La canalización del hidrógeno en la red de gas o como dar gato por liebre. El proyecto expone que, a través de una canalización específica desde Lloseta en Inca de 7,5 km de longitud, se inyectaría el hidrógeno en una proporción máxima del 5% en la red de gas canalizado fósil de Redex. así la distribuidora exhibe una reducción del 1,5% del contenido de carbono del gas canalizado mientras incrementa el volumen de gas distribuido al consumidor final.

Negocio redondo. Reducen la tasa de emisión de CO2 (de manera simbólica) y facturan más gas. La realidad es que el rendimiento energético real de el hidrógeno por metro cúbico es muy inferior al del gas fósil canalizado habitual y, por tanto, el consumidor verá incrementada su factura de gas, medida en metros cúbicos, por un rendimiento inferior del producto consumido.

La causa del engaño es bien conocida: el hidrógeno, como combustible, tiene una densidad de energía por volumen mucho más baja que el gas fósil canalizado. A medida que se incrementa el porcentaje de hidrógeno al gas canalizado, baja el contenido calorífico, y por tanto hay que aumentar el volumen de gas necesario para cubrir las mismas necesidades de energía. Con este porcentaje de mezcla tan pequeño no necesitan, además, hacer modificaciones en la canalización ni en los quemadores; pero el consumidor notará el engaño en su factura.

La reducción efectiva de emisiones de CO2, por lo tanto, es nula. A la larga, la red de gas no serviría para canalizar hidrógeno dado que la presencia de porcentajes más altos de hidrógeno (a partir del 20%) requeriría hacer adaptaciones en las instalaciones para que el hidrógeno altera el acero y provoca microfisuras que pueden generar fugas.

Comentarios

  1. ancla

    29/06/2021 11:30

    suscribo todo lo mencionado en este articulo esta basado en una realidad que solo muy pocas personas conocen ya que esto requiere mucho conocimiento especifico sobre varias materias
    pero es muy simple en el fondo
    los promotores venden un relato falso de unos supuestos beneficios que son una estafa mas para el contribuyente y no hay nadie que les lleve la contraria por falta de aurgumentos
    este proyecto tiene un nombre estafa renovable esta vez es con hidrogeno



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