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Recuperan la ganadería en el Puig des Molins, introduciendo cabras y ovejas de raza autóctona

Recuperan la ganadería en el Puig des Molins, introduciendo cabras y ovejas de raza autóctona

Actualizado el 27/02/2019 13:55                Compartir

La Conselleria de Cultura, Participación y Deportes firmó un convenio con la Federación Pitiüsa de Razas Autóctonas (FEPIRA) para introducir una pequeña manada de cabras y ovejas de raza autóctona en el recinto arqueológico de Puig des Molins del Museu Arqueològic d'Eivissa i Formentera. Este programa cuenta, además, con el asesoramiento de Agricultura y Medio Ambiente del Consell Insular de Eivissa.

Una ventaja de esta recuperación de la ganadería al Puig des Molins es que los animales pacerán las vertientes y eliminarán tanto de forma ecológica, sostenible y económica como cíclicamente la enorme cantidad de vegetación herbácea y arbustiva que cubre todo el monte, y que, cuando se seca en verano, constituye un grave peligro de incendio. Por este motivo, hasta ahora, cada año se tenían que dedicar cantidades importantes a su limpieza para eliminar este peligro.

Los primeros animales llegaron la semana pasada y la manada se irá completando en los próximos días. Primero tienen que pasar un periodo de estabulación, en el establo construido expresamente en los terrenos del antiguo cuartel militar. Cuando ya se hayan aclimatado al nuevo hábitat, podrán salir para ir paciendo las vertientes del Puig, como se había hecho tradicionalmente durante siglos.

El Puig des Molins fue la necrópolis de la ciudad de Eivissa durante toda la Antigüedad. Posteriormente, a partir de la Edad Media, se convirtió en un espacio agrícola, carácter que mantuvo hasta los años setenta del siglo XX. Consecuencia de esto, además de sus conocidos valores históricos y arqueológicos, que le merecieron su inscripción a la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reúne también innegables valores etnográficos, paisajísticos y naturales que hay que mantener y, en su caso, recuperar. Cabe recordar, además, que el Puig des Molins hoy es casi el único espacio natural que resta dentro del casco urbano de la ciudad de Eivissa.

Una de estas actividades tradicionales que se habían practicado y que a lo largo del siglo XX fue desapareciendo es la ganadería. Los campesinos que habitaban la casa de Es Porxet, conservada en la cumbre del monte, poseían una pequeña manada de cabras y ovejas que pacía por las vertientes del Puig des Molins. Por eso, en el marco de este proyecto de recuperación progresiva de los valores y actividades tradicionales del lugar, fue una buena idea volver a introducir esta actividad y, además, hacerlo potenciando la ganadería autóctona de Eivissa y Formentera.

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