Actualizado el 30/11/2023 13:58 Compartir
De hecho, poco más del 10% de adolescentes y jóvenes españoles de 16 a 29 años se muestra completamente satisfecho con la educación afectivo-sexual que ha recibido en el ámbito familiar (11,1%) o en el ámbito escolar (12,2%).
Una falta de información y orientación que en cierta medida suplen con el porno. De hecho, dos de cada diez creen que es un recurso útil para su educación sexual; el 56,1% afirma que el porno le ayuda a conocer y comprender mejor el sexo o lo utiliza como fuente de inspiración (49,5%).
Las consecuencias negativas de que consuman pornografía son, por ejemplo, que el 37% dice que el porno provoca que se creen una imagen falsa sobre cómo es el sexo realmente; el 31% cree que contribuye a generar fantasías sexuales en las que se ejerce o se recibe violencia; y casi el 36% afirma que incita a mantener relaciones sin preservativo.
Estos datos nos indican que el consumo de pornografía afecta al desarrollo sexual adolescente e impacta en su forma de entender la sexualidad. Por otra parte, la tecnología ha hecho que la pornografía sea más accesible, anónima e interactiva y se ha convertido en una pieza más del aprendizaje de la sexualidad adolescente, que afecta a su forma de relacionarse y puede derivar en conductas de riesgo o nocivas.
El estudio se ha realizado consultando a una muestra representativa de la población joven residente en España de entre 16 y 29 años y a expertos y expertas en este ámbito.
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