Opinión

El GOB considera el PIAT una oportunidad perdida para revisar y disminuir el impacto territorial de la actividad turística

El GOB considera el PIAT una oportunidad perdida para revisar y disminuir el impacto territorial de la actividad turística

Actualizado el 09/07/2020 13:26                Compartir

Como instrumento de ordenación territorial de la actividad turística, el PIAT representa una homogeneización del territorio a merced de la actividad turística, sin atender ni a capacidad de carga global, ni el peligro de la terciarización obsesiva del suelo rústico, ni oportunidad de empezar a plantear un decrecimiento de plazas turísticas, dado también los escenarios inciertos de futuro de la actividad turística.

La incertidumbre económica del momento sobre todo en cuanto a la actividad turística, a raíz de la crisis sanitaria de la COVID19, hace necesario añadir un supuesto de revisión que no se había podido prever en la redacción inicial del PIAT. Lo que estamos viviendo no es una crisis coyuntural ni circunstancial, es una crisis estructural del modelo, que significa una reconfiguración total de nuestro modelo económico, y que se suma al escenario de emergencia climática que el PIAT tampoco ha incorporado a pesar de la declaración institucional hecha por el Consell de Mallorca

Hay que tener cuidado pero que la voluntad y la urgencia de la reactivación, signifique obviar el debate del modelo turístico y territorial que queremos, y un "todo vale" con la excusa de que "ahora no es el momento de poner restricciones a la actividad económica. "

De las alegaciones planteadas por el GOB al Plan no hemos recibido respuesta motivada ni hemos tenido ocasión para valorar de manera conjunta con la institución insular. Sólo hemos tenido una toma de contacto para informarnos de la intención por parte del Consell de llevarlo hoy a aprobación definitiva.

Las alegaciones del GOB manifestaban nuestra postura crítica con el plantejamnet de territorio turístico afectando a toda la isla que es considerada en su totalidad "ámbito turístico". A día de hoy, el PIAT continúa asumiendo que toda la isla se ha convertido ya en territorio colonizado por la industria turística introduciendo los usos turísticos en esferas que no le eran propias, siendo especialmente grave la interferencia de usos turísticos con los usos residenciales y aquellos que propician la terciarización y urbanización del suelo rústico.

En base al criterio del "equilibrio" del modelo turístico, el PIAT plantea, la necesidad de extender la ordenación y determinaciones de la planificación territorial de la actividad turística sobre toda la isla, apostar por la desestacionalización que incrementará el número de visitantes (y no una mejor distribución temporal) y la diversificación de los ámbitos y los destinos a partir de la mercantilización de los recursos patrimoniales, paisajísticos, culturales e identitarios. El criterio de equilibrio territorial, deja claro que el ánimo del Plan es uniformizar la actividad turística en todo el territorio. Es probable que, tras el impacto de la crisis Covidien, toda la actividad turística requiera un replanteamiento global partiendo de otras premisas.

El suelo rústico general sigue quedando desprotegido ante la terciarización de sus usos a pesar de la restricción que afectará a las nuevas construcciones. Con lo que hay construido, hay oferta suficiente para convertir el suelo rústico en un gran hotel. Cabe recordar que, según datos del propio Consell, cerca del 40% de la oferta de alquiler turístico se hace en el suelo rústico y de esta más de un 50% se sitúa en suelo rústico general. La propuesta del Consell de Mallorca induce a la sobreocupación del suelo rústico para usos turísticos y residenciales.

Y por otro lado, el Consell ha desatendido la recomendación de la Comisión Balear de Medio Ambiente de revisar a la baja el techo de plazas. A pesar de las circunstancias actuales de la situación Covidien y el futuro incierto del sector turístico y la necesidad evidente de enfocar los esfuerzos de todas las políticas sectoriales a reforzar nuestra capacidad de producción de bienes imprescindibles para sostener la vida ante las incertidumbres económicas, sanitarias, ecológicas y climàtiqques, el Consell ha optado por mantener y prever el agotamiento de la bolsa de plazas turísticas. Una oportunidad perdida, muy lamentable.


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