El hipódromo Son Pardo ha acogido este domingo el Grand Prix des Baléares

La presidenta del Consell, Catalina Cladera, y la directora insular de Deportes, Marga Portells, acompañadas por el presidente del Instituto del Deporte Hípico de Mallorca, Lluís Socias, han asistido en el Hipódromo Son Pardo a una de las jornadas de carreras más destacadas del año, el Grand Prix des Baléares.

Organizada conjuntamente entre la Federación Española de Carreras al Trote y la Federación Francesa, era la tercera etapa del Circuito de promoción de la raza francesa en Europa. Ha sido ganadora una de las favoritas, Billie de Montfort, de Gabriel Gelormini, con un tiempo de 1´14´´4. Blues d´Ourvile ha finalizado segundo i Eridan tercero, a 1´14´´5 y 1´14´´9 respectivamente. El caballo residente en Mallorca que ha conseguido la mejor posición ha sido Usert du Landret, con Toni Frontera, que ha terminado sexto.

Finalizada la carrera, Dominique le Bellaige, presidente de la Federación francesa, acompañado por la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, el presidente de la Federación Española de Carreras al Trote, Joan Llabata, y el presidente del Instituto del Deporte Hípico de Mallorca, Lluís Socías, han entregado un trofeo al ganador de la prueba.

El Grand Prix des Baléares es la segunda carrera más importante del calendario de trote de las Islas, con una dotación de 50.000 euros en premios y la participación de algunos de los mejores caballos franceses del momento, nueve de ellos llegados en avión expresamente para correr esta prueba. La máxima inscripción permitida en esta carrera, mejor que en otras etapas del tour, demuestra no solo el buen nivel deportivo de Mallorca sino también que las instalaciones de Son Pardo son competitivas a nivel europeo.

Els mateixos menadors del Grand Prix des Baléares han corregut una prova de revenja, amb la particularitat que ho han fet a regnes de ponis, la qual cosa ha fomentat un ambient distès entre els corredors.

Los mismos corredores del Grand Prix des Baléares han corrido una prueba de revancha, con la particularidad de que lo han hecho a riendas de poneys, lo que ha fomentado un ambiente distendido.