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Lo que no se debe hacer en casos de divorcios con hijos

Lo que no se debe hacer en casos de divorcios con hijos

Actualizado el 29/08/2019 18:37                Compartir

No es extraño que, cuando un matrimonio decide divorciarse, se cometan errores o se tomen decisiones que perjudican de distintas formas a los hijos menores de la pareja. Y es que es justo en estos casos en los que más cuidado y atención se debe prestar a todos los pasos que se vayan dando (y a la forma en que se dan) a lo largo del procedimiento.

A continuación, y de la mano de dos abogados expertos en la materia, se repasan las 5 ‘malas prácticas’ más habituales entre progenitores con hijos en común que inician su divorcio o separación.

1. Anteponer las preferencias de los padres a las necesidades de los hijos

En la mayoría de los casos esto ocurre de manera inconsciente, pero ocurre, y muy frecuentemente. El reflejo más evidente de esta mala decisión es el hecho de luchar por la custodia compartida (o incluso exigir la monoparental) sin evaluar primero cuáles son las propias circunstancias personales o profesionales.

En este sentido, desde Sierra Abogados, despacho ubicado en Palma de Mallorca, José Manuel Sierra hace hincapié en que el objetivo siempre ha de ser que el divorcio “afecte a los niños lo menos posible y que no repercuta en la caída de su calidad de vida”. Así, si se quiere optar a un tipo de guarda y custodia u otra, se tendrá antes que estar seguro de que se va a poder “ejercer la custodia de forma correcta y adecuada”.

2. Impedir que los niños vean con frecuencia a su padre o a su madre

Si el divorcio es conflictivo y la relación entre los progenitores no es buena, puede suceder que uno de los dos - o ambos - se esfuerce por pasar la máxima cantidad de tiempo con sus hijos, sin tener en cuenta a la otra parte. Esto, en opinión de la abogada especializada en derecho de familia Elena Crespo, debería evitarse: “cuando los hijos son pequeños, es importante que no pasen mucho tiempo sin ver al otro progenitor”.

Por eso, entre otras cuestiones, el régimen de custodia compartida por semanas alternas se desaconseja cuando los niños son pequeños, ya que “no es lo más beneficioso para ellos”.

3. Mantener, sin revisión, el mismo régimen de guarda y custodia a lo largo de los años

Conforme los niños crecen, sus necesidades cambian. Mientras que cuando son pequeños lo importante es que se vean con relativa frecuencia con sus dos progenitores, cuando son adolescentes la cuestión puede cambiar. Por ejemplo, señala Crespo, “en la etapa de la adolescencia sí suelen preferir una custodia por semanas alternas, a fin de tener mayor estabilidad y menos cambio continuo de domicilio”.

4. Confundir las obligaciones que conllevan la guarda y custodia y la patria potestad

Aunque no se ostente la guarda y custodia de los hijos, no hay que olvidar que se sigue manteniendo una importantísima responsabilidad para con ellos. Y también ciertos derechos. Como recuerda Crespo, “es importante separar el concepto de patria potestad del de custodia, sobre todo en casos de custodia monoparental, en los que el progenitor no custodio sigue manteniendo la patria potestad, goza de un derecho de visitas al niño y decide sobre las cuestiones relevantes de la vida del menor, relacionadas con la salud, el cambio de domicilio y la educación, entre otras”.

5. Poner a los menores en el foco del conflicto

Finalmente, José Manuel Sierra insta a “evitar utilizar a los menores como arma arrojadiza o elemento de negociación”. Esto, en los peores casos, puede generar ansiedad y sentimientos de culpa en los niños. Algo que se acrecentaría si se llega al extremo de obligar al menor a elegir entre ambos progenitores. Esta mala decisión, recuerda Sierra, “puede llegar a producir situaciones de conflicto mental”


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