Actualizado el 18/09/2019 15:39 Compartir
Tanto los juanetes como los dedos en garra son deformidades muy molestas que pueden generar mucho dolor y dificultad para calzar. Para diagnosticar correctamente estas deformidades, es necesario acudir a un médico o podólogo especialista. El mejor tratamiento para corregir estas afecciones es una cirugía del pie que sea poco invasiva y que permita una recuperación rápida sin complicaciones. La cirugía mínimamente invasiva o percutánea del pie debe ser realizada por especialistas del pie con gran experiencia en éstas técnicas y con un equipo e instrumentación quirúrgico específico y de última generación.
Debe seleccionar una clínica que tenga una amplia trayectoria y experiencia profesional en el área de cirugía del pie. Por ejemplo, en la Clínica San Román (Alicante) cuentan con más de 40 años de especialización en el tratamiento de juanetes y dedos en garra. Además, su fundador, el Dr. Jose Manuel San Román es pionero en cirugía percutánea del pie en Europa.
Las clínicas se deben mantener actualizadas con los últimos aparatos e instrumentación quirúrgica. Asimismo, los profesionales especialistas deben mantenerse actualizados con los últimos avances en cirugía del pie.
La clínica debe estar registrada y regulada por Sanidad. Si realizan cirugía, el quirófano debe estar dado de alta en sanidad para realizar estos procedimiento de cirugía mínimamente invasiva o percutánea del pie.
Las cirugías poco invasivas (como las que hacen en la clínica San Román) son ambulatorias, lo que significa que el paciente podrá salir caminando sin ningún problema después de la intervención y que además pueden hacerlo por su propio pie (no son necesarias sillas de ruedas).
Si tomamos los consejos anteriormente dados y seleccionamos una clínica de referencia, obtendremos un tratamiento personalizado con un buen resultado.
Los resultados de las cirugías mínimamente invasivas ofrecen excelentes resultados en cirujanos expertos.
En riesgo de infección es menor y la recuperación es más rápida que con cirugías tradicionales.
No se suele implementar el uso de tornillos o agujas quirúrgicas,, algo que si es necesario con otras técnicas más invasivas y dolorosas.
Las molestias tras la operación son menores.
Solo se utiliza anestesia local, reduciendo así los riesgos de la anestesia general.
La incisión realizada es muy pequeña, lo que significa que no tendremos problemas con nuestras articulaciones o tejidos blancos.
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