Actualizado el 23/12/2019 06:51 Compartir
El comercio de Palma atraviesa por una situación delicada, habida cuenta de la nueva competencia de grandes superficies, el comercio digital y el aumento de las rentas y de los impuestos que ha llevado al cierre de numerosos establecimientos emblemáticos de la ciudad en los últimos años. Muchos de los factores que afectan a la situación de nuestro tejido comercial tradicional son ajenos a la limitada acción municipal. Sin embargo, otros entran de lleno en el ámbito de las capacidades y competencias de este Ayuntamiento, y por ello entendemos que el equipo de gobierno debe poner todos los medios y la voluntad política para atajarlos. Uno de estos factores es la venta ambulante ilegal. Cada día, decenas de manteros ofrecen sus mercancías ilegales a residentes y visitantes. Productos de procedencia desconocida, sin controles que homologuen su calidad, que generan una actividad al margen de las normativas municipales y tributarias que constituye un grave agravio comparativo con esos comerciantes que pagan sus impuestos, abonan salarios a sus trabajadores y añaden valor a la oferta comercial de la ciudad.
Con demasiada frecuencia observamos la absoluta impunidad y hasta la agresividad con que estos vendedores ilegales, cuya situación de residencia en España tampoco es clara, actúan en calles y plazas de la ciudad, con especial incidencia en Plaza Mayor, Passeig de Dalt Murada, Moll Vell y la zona de Platja de Palma, entre otras. Ante esta grave situación, nuestro Grupo Municipal exigen una actuación coordinada y contundente, que vaya desde la prevención y disuasión hasta la lucha activa contra el comercio ilegal que campa en nuestra ciudad.
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