Opinión
Terraferida presenta alegaciones al Plan Director Sectorial de Residuos no Peligrosos de la isla de Mallorca

Terraferida presenta alegaciones al Plan Director Sectorial de Residuos no Peligrosos de la isla de Mallorca

Actualizado el 22/12/2018 15:07                Compartir

Terraferida presentó la semana pasada alegaciones al Plan Director Sectorial de Residuos no Peligrosos de la isla de Mallorca (PDSRNPMA). Uno de los proyectos estrella del Consejo de esta legislatura llega tarde, pero sobre todo es poco valiente. A nuestro entender, no camina hacia el cambio de modelo que Mallorca necesita, para que perpetuará el actual Plan Director y las políticas de residuos que implantó en su día UM y PP.

Hay que ser ambiciosos. Esta legislatura debía servir, y aún hay tiempo, para dar la vuelta las políticas de residuos, pero para eso hay que ser más ambiciosos. Recordemos que el Presidente Miquel Ensenyat se comprometió con la Plataforma # SenseLímitsNoHiHaFutur (verano 2017) a cerrar los hornos 1 y 2 de la incineradora, lo que no ha ocurrido. Aunque esta promesa también se recoja en el PDSRNPMA, el cierre de las líneas 1 y 2 de incineración no tiene calendario y queda supeditado a una disminución de la fracción de rechazo por debajo de las 430.000 t / año. Esto representaría bajar 120.000 toneladas respecto a lo que se quemó en 2017. Estamos muy lejos de conseguirlo, de hecho las toneladas incineradas el año 2017 aumentaron en 23.000 t más respecto del año 2015, según reconoce el Consejo . Todo ello no es nuevo, recordemos que en la anterior legislatura el PP ya aprobó inicialmente el PDSR con la misma propuesta de cerrar dos hornos de la incineradora.

Se está perdiendo una ocasión única. Esta debía ser la legislatura de la mejora gestión de residuos y de la reducción de la incineración, que es la opción más cara antiecológica. Recordemos que aparte de las emisiones, genera cenizas altamente contaminantes que se deben almacenar en el depósito de seguridad (actualmente al máximo de su capacidad). Lo cierto es que la quema de residuos ha aumentado, paralela a la generación de residuos, hasta el punto de que las toneladas generadas en 2016 fueron 1.034.546 toneladas. Esto supone un 24'37% más que el objetivo previsto para el 2020, de 831.836 toneladas, según el PDSRNPMA. Que la población y el número de turistas siga aumentando constantemente, explica el crecimiento de los residuos y la fracción incinerada, pero también el hecho de que estamos lejos de hacer una separación, gestión, reutilización y reciclaje a la altura del problema. Por una parte las toneladas incineradas han aumentado en 65.000 toneladas en 2017 respecto a las quemaduras en el 2010, según datos del Consejo de Mallorca (cuando el conjunto de residuos producidos era de 924.262 toneladas en el 2010). Por la otra parte, vemos como el aumento de la separación en origen ha sido muy tímido, siendo la tasa de reciclaje de las cuatro fracciones (Papel y cartón, envases, vidrio y FORM) de un 17'4% en 2017, cuando era de un 15'6% en el año 2015, muy lejos de los objetivos europeos para 2020.

Hay más recogida de fracción orgánica y obligar a cumplir los grandes productores. La recogida de la fracción orgánica es la más atrasada. De hecho en el año 2016 sólo se había conseguido un 24'49%, cuando el objetivo para el 2020 es del 50%. Aunque nuevos modelos de recogida como el Puerta a Puerta o la introducción de la recogida separada de la fracción orgánica municipal se han puesto en marcha en muchos municipios, esto no ha sido suficiente hacer la vuelta a los resultados de separación en el conjunto de Mallorca . Una de las principales razones es que los municipios más turísticos, que suelen triplicar o cuadruplicar su población en temporada alta, tienen grandes dificultades en avanzar para que los grandes establecimientos turísticos no se implican lo suficiente en la separación de sus residuos. El nuevo PDS no les obligará, y esto impide invertir los porcentajes. Hay por tanto, implicar restauración y hostelería, grandes productores, en la separación de la fracción orgánica.

Sin frenar el crecimiento urbanístico la incineración seguirá subiendo. Sin una política urbanística que apueste por la contención del crecimiento, será imposible bajar las toneladas incineradas. Una familia de residuos que han experimentado un gran crecimiento de hecho, es la de los residuos de construcción y demolición, incrementándose un 23'08% desde el 2006 hasta el 2016. Por muy buenas que fueran las políticas de residuos, el aumento exponencial del parque residencial y turístico, hace inviable reducir la incineración, que pasa, como todos los problemas ambientales de la isla, para rebajar las expectativas urbanísticas del Plan Territorial. Por Terraferida es imprescindible:

• Revisar el contrato blindado con TIRME, vigente hasta el 2041.
• Aprobar la ley autonómica de residuos.
• Prohibir el vertido de escorias tóxicas a obras públicas.
• Medidas más concretas para potenciar la recogida selectiva.
• Medidas de fiscalidad ambiental que bonifiquen la buena gestión de los residuos.
• Incluir obligaciones concretas para los grandes productores de residuos.
• Medidas para la reutilización de los RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).
• Clarificar qué administración tiene que hacer un Plan de Prevención de Residuos.
• Facilitar vía normativa la implantación de un

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