Unas setenta torres, atalayas y talaiots se encienden por los Derechos Humanos

Unas setenta torres, atalayas, talaiots y otros elementos patrimoniales de Mallorca, Menorca, Marruecos y Túnez se encendieron ayer mediodía, y lo volvieron a hacer a las 18.30 horas, por los Derechos Humanos en una iniciativa liderada por el departamento de Patrimonio del Consell de Mallorca con la colaboración de Amnistía Internacional, la Sociedad Balear de Matemáticas, el Instituto de Marratxí, la Federación de Coros y el Fondo Mallorquín de solidaridad y Cooperación. La presidenta del Consell, Catalina Cladera; la vicepresidenta y consejera de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística, Bel Busquets, y la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, han participado en el encendido que se ha llevado a cabo en la torre del Castillo de Bellver de Palma.

En Mallorca ha habido 54 puntos de encendido, en Menorca se han sumado una treintena de talayots, y también ha habido entidades que se han sumado a Marruecos y Túnez.

Este evento tiene un doble objetivo: reivindicar y difundir el patrimonio histórico mallorquín vez que se reclama que se respeten los Derechos Humanos.

El encendido "Torres de Mallorca. Un canto por los derechos humanos" propone un canto colectivo a partir de la canción "Viatge a Ítaca" de Lluís Llach, que se ha sumado, por segundo año consecutivo, a la lectura del manifiesto .

El manifiesto de este año ha recordado que la iniciativa nació de la sociedad civil mallorquina, concretamente del IES Marratxí y la Sociedad Balear de Matemáticas, en agravarse la situación de las personas que huyen de sus países de origen como refugiadas y "en condiciones infrahumanas". El texto recordó que "partiendo de hechos históricos como la creación de una red de torres de vigilancia por todo Mallorca y un sistema ideado por el matemático e historiador Joan Binimelis de señales de luz y de humo para advertir los peligros en el siglo XVI , el acto de hoy y la acción propuesta da la vuelta a la historia y propone que las torres, atalayas y talayotes sean puntos de luz y ventanas abiertas a la acogida ".

En el manifiesto se lamenta de que el drama que sufren las personas refugiadas sigue vigente y que el acto pretende ser una llamada de atención y una exigencia de acción a quien tiene responsabilidades. "Es por eso que hoy sábado 11 de enero de 2020 encendemos las torres, atalayas y talayotes con humo de día y con fuego de noche. No lo hacemos para avisar de ningún enemigo que amenace nuestra costa sino contra los peligros en que podemos caer como sociedad: la intolerancia, la desigualdad o la deshumanización ", añade el manifiesto.