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Patrimonio recupera y protege un centenar de ánforas del pecio encontrado en Palma

Patrimonio recupera y protege un centenar de ánforas del pecio encontrado en Palma

Actualizado el 27/09/2019 06:24                Compartir

La vicepresidenta del Consell y consellera de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística, Bel Busquets, y la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, informaron esta mañana que se han recuperado 93 ánforas de un barco romano encontrado en el fondo del mar a la zona de Can Pastilla, en Palma. Todo el material arqueológico recuperado se está tratando para que pueda formar parte en un futuro del fondo del Museo de Mallorca.

Durante la rueda de prensa, que ha tenido lugar en el Club Náutico San Antonio de la Platja, la responsable de Cultura del Consejo de Mallorca ha recordado que el barco se localizó a principios de verano y que «la prioridad del departamento ha sido proteger el pecio y recuperar las ánforas que transportaba para asegurar su conservación ». Por ello se planificó una excavación de urgencia para documentar y recuperar los restos arqueológicos y se contrató la asistencia técnica de un equipo de arqueólogos subacuáticos.

Según explicó la vicepresidenta, la intervención arqueológica ha permitido documentar una embarcación de medios de la segunda mitad del siglo III d. de C. / dC que partió de algún puerto del sur de la Península Ibérica en dirección, muy probablemente, en Roma. La nave romana localizada en la playa de Palma transportaba un cargamento bastante heterogéneo de productos tales como aceite, vino y salsas de pescado, cuya procedencia también era diversa.

Busquets ha subrayado que es la primera excavación arqueológica subacuática en Mallorca coordinada por un equipo de arqueólogos de las Islas Baleares. En cuanto a la arquitectura naval, el pecio de Palma, es uno de los mejores conservados de todo el Mediterráneo del bajo imperio.

En este sentido, la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, dijo que el estado de conservación excelente de los restos arqueológicos señalan que no fue un naufragio violento provocado por fuerte un temporal. Las primeras hipótesis apuntan a que se produjo una vía de agua en el buque o, incluso, que un golpe de mar por encima de la cubierta provocó el hundimiento de la nave.

Según explicó Coll, las ánforas oleícolas (Dressel 20) tienen origen bético, las ánforas del sur de Lusitania (Almagro 51C) podrían contener salsas de pescado. Aunque la mayoría de estas piezas están selladas y muy bien conservadas, el personal investigador ha llegado a esta conclusión porque se han encontrado restos de la misma casta de ánforas que tenían restos de espinas.

El cargamento de la nave se completó con conjunto de ánforas béticas (Gauloise 4) procedentes del sur de la península Ibérica. Tradicionalmente, se ha considerado que estos contenedores estaban asociados al transporte de vino.

Trabajo en equipo coordinada por Patrimonio del Consejo de Mallorca

Como en otras ocasiones, la colaboración entre la Armada y el Consejo de Mallorca en materia de arqueología subacuática ha dado unos frutos espectaculares. La Armada ha aportado la embarcación principal para llevar adelante la intervención, con un patrón y submarinistas de la armada.

También han formado parte del dispositivo efectivos de la Guardia Civil de los GEAS y SEPRONA, así como agentes de la Policía Local. El equipo de trabajo contratado ha sido formado por tres arqueólogos subacuáticos con titulación profesional. Además, el equipo contaba con una restauradora-conservadora especialista en el manejo de materiales de origen subacuático y un técnico encargado de supervisar el instrumental y que los equipos de inmersión funcionaban correctamente. Para garantizar la calidad de los trabajos de investigación y de documentación, también se incorporaron a las tareas de excavación una persona que realizó el estudio de la arquitectura naval y también una especialista en documentación fotogramétrica subacuática.

Aparte de la embarcación principal de la Armada, el dispositivo también ha dispuesto de una embarcación semirígida del Departamento de Patrimonio del Consejo de Mallorca. Asimismo, el Club Náutico San Antonio de la Platja ha sido una instalación clave para toda la intervención, ya que cedió un lugar para las embarcaciones y un almacén para guardar toda la infraestructura de trabajo.

Además, la consejera ha agradecido la colaboración de particulares y asociaciones, la empresa privada Mar de Mallorca, Palma Aquarium, los socorristas de la playa, de la asociación Amigos de na Galera y de todos los vecinos y vecinas de s Arenal y Can Pastilla y ha hecho una mención especial a la brigada de Patrimonio.

En la rueda de prensa también han asistido Dámaso Berenguer, comandante del sector naval de Baleares, y Jesús Comas, presidente del Club Marítimo San Antonio de la Playa.

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