Actualizado el 05/12/2018 11:53 Compartir
"Se trata de recuperar este patrimonio, conservarlo y hacer posible que lo puedan disfrutar las futuras generaciones", ha añadido el consejero de Cultura, Patrimonio y Deportes del Consejo de Mallorca.
Hoy representantes del Departamento de Cultura, Patrimonio y Deportes del Consejo, del Ayuntamiento de Llucmajor y del SOIB han dado por finalizado el proceso de restauración de la Torre de Cala Pi donde, según ha explicado el arquitecto responsable del proyecto, Carlos Moranta , se han llevado a cabo diversas actuaciones: la consolidación de paredes exteriores; la restauración de diferentes elementos del interior, principalmente la vuelta, la despensa, piezas de piedra arenisca del arco de la entrada y reparación de paredes interiores; así como la restauración del tramo de muro derrumbado del matacán y la restauración de la cubierta. También se ha instalado una puerta de entrada de madera así como una trampilla para facilitar la salida a cubierta.
En definitiva, el proceso de restauración persigue la consolidación de estructuras para evitar que se sigan degradando; la reparación de cubierta para evitar filtraciones de agua; y actuaciones dirigidas a evitar la erosión ocasionada por la presencia de personas y animales. El objetivo es conservar el monumento, evitando que el agua dañe la estructura y penetre a través de la cubierta y algunas de las deficiencias que había en los muros. El proceso de restauración, además, se basa en la utilización de materiales y la aplicación de técnicas lo más parecidas posible a las originales -utilizando piedras y tierra del entorno- que sea lo más respetuoso posible.
Estas tareas han sido realizadas por miembros de la brigada de Patrimonio del Consejo con el apoyo del programa SOIB Visibles 2018, que permite a entidades locales como ayuntamientos o consejos contratar personas sin prestaciones o subsidio de desempleo para que ejecuten obras y servicios de interés general o social. Un programa financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Estos últimos seis meses en la restauración y final de obra de la Torre de Cala Pi han trabajado 9 personas procedentes de este programa, con perfiles profesionales diversos: desde arquitectos peones restauradores.
En todos los proyectos de restauración de torres previstos, el Consejo de Mallorca redacta los proyectos técnicos de restauración y aporta tanto el personal técnico como la mano de obra para su ejecución a través de la brigada de Patrimonio. Por su parte, la propiedad se hace cargo de gastos como son materiales y transporte, así como de obtener licencias y permisos.
El proyecto de restauración de cada una de estas torres va acompañado de un convenio entre el Consejo de Mallorca y la propiedad de la edificación. Este documento incluye, entre otros, el régimen de visitas una vez restaurada la torre. Al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), la propiedad está obligada a permitir visitas públicas y gratuitas al menos cuatro días al mes. La propiedad también debe mantener en buen estado el elemento restaurado y no puede realizar intervenciones que la alteren.
El programa de restauración de torres de defensa del Consejo de Mallorca se dirige a edificaciones que presentan un estado de deterioro notable pero que no supone un peligro de colapso estructural. También incluye aquellas que requieren una restauración urgente para que su estado de deterioro está cerca del colapso. En cambio, no se incluyen torres que presentan un estado ruinoso o que tienen un grado de deterioro que imposibilita un restauración fidedigna al estado original.
En la visita realizada este martes en la Torre de Cala Pi han asistido el vicepresidente primero y consejero de Cultura, Patrimonio y Deportes, Francisco Miralles; el alcalde de Llucmajor, Gori Estarellas; la directora insular de Patrimonio, Kika Coll; y el director del SOIB, Pere Torrens, entre otros.
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