Sucesos

El presunto asesino de Porto Cristo disparó contra la víctima a menos de un metro, según los forenses

Actualizado el 18/10/2017 13:14                Compartir

Los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de la víctima del asesinato de Porto Cristo han confirmado que quien disparó contra él lo hizo a corta distancia, en concreto a menos de un metro, según se desprende del análisis de las heridas presentes en el cuerpo.

Así lo han afirmado durante su declaración en la prueba pericial dentro del juicio por el asesinato de Porto Cristo de 2014, por el que un hombre de 54 años se enfrenta a una petición de pena de 22 años de prisión por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas. La Fiscalía acusa al hombre de haber asesinado a tiros al amante de su mujer en el bar que la víctima regentaba.

Los forenses han dado detalles sobre los dos disparos que presentaba el cadáver que fue hallado boca arriba en el bar de Porto Cristo. Tenía dos orificios de bala, uno en el tórax y otro en el cuello --orientado hacia la cabeza--.

Los proyectiles provocaron lo que los forenses llaman "tatuaje", es decir, una marca sobre la piel debido al humo y la llama del disparo, lo que les permite deducir que se efectuaron a menos de un metro de la víctima, pero no a quemarropa.

También han corroborado que la hora de la muerte fue sobre las 7.30 horas de la mañana y que le dispararon de frente. No han podido determinar con total seguridad qué disparo se realizó primero si bien sí han apuntado que fueron "muy seguidos". Por ello, la víctima tuvo una muerte rápida, aunque experimentó una breve "fase agónica" de unos segundos.

LA POLICÍA ENCONTRÓ UNA "HUELLA NÍTIDA" DEL ACUSADO

En la sesión de este miércoles también han declarado agentes de la Policía Científica del cuerpo Nacional que participaron en la investigación. La Policía encontró una huella del acusado en una taza de café en el bar en el que se produjo el asesinato.

Cabe señalar que durante su interrogatorio, el acusado se defendió asegurando que había acudido el día anterior al bar. Sin embargo, la hija de la víctima sostuvo que al cerrar el local la víspera del crimen no quedaba nada por lavar. Los agentes que han declarado este miércoles han afirmado que si la taza se hubiera lavado, la huella habría desaparecido.

Además, han explicado que la huella era "nítida" y que presentaba más de los 12 puntos mínimos característicos que permiten determinar "con absoluta certeza" la persona a la que pertenecen.

Los hechos tuvieron lugar el 24 de junio de 2014 en un bar de la localidad mallorquina de Porto Cristo, en el municipio de Manacor. El presunto asesino acudió al bar con un arma de fuego entre las 07.00 y las 07.40 horas, antes de que abriera al público el establecimiento, ya que la víctima estaba limpiando el local.

Según el escrito del fiscal, tras mantener una breve conversación, el hombre habría disparado contra el propietario del bar, que mantenía una relación sentimental con la esposa del acusado.

Se hallaron dos proyectiles en el cuerpo de la víctima, que murió por destrucción de centros vitales a causa de un shock hemorrágico.


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