Los proabortistas acusados alegan que su intención fue 'en todo momento dar visibilidad a una reivindicación política'

El grupo de apoyo a los seis proabortistas que entre este jueves y viernes se sentarán en el banquillo de los acusados por interrumpir, el 9 de febrero de 2014, una misa en la iglesia de Sant Miquel de Palma, han remitido una última propuesta de acuerdo al Obispado en la que señala que su intención "fue en todo momento la de dar visibilidad a una reivindicación política".

Tal y como señalan los activistas en una nota, ambas partes coinciden en afirmar que los hechos se produjeron en un contexto de protestas "contra la polémica reforma de la Ley del Aborto promovida por el PP y conocida como Ley Gallardón".

"Fue, por tanto, una situación puntual ligada a un contexto muy determinado que hoy por hoy no se da", expresan en la nota, en la que hacen constar que las consecuencias de estos hechos "han supuesto una desazón y sufrimiento tanto al colectivo feminista como a la Iglesia de Mallorca".

Según ponen de manifiesto, el colectivo de feministas encausadas "comprende y comparte el malestar que sufrieron los feligreses de Sant Miquel", mientras que el Obispado "hace lo mismo con el malestar que sufrieron las detenidas y su entorno social y familiar". Además, entienden como Derechos Fundamentales la libertad de culto y la de expresión.

"Hecho este ejercicio de intercambio de visiones sobre esta cuestión concreta, entendemos que no hay motivos para continuar con el proceso judicial abierto", asevera el grupo de apoyo, que precisa que el objetivo de esta última aproximación "no ha sido acercar posturas ideológicas de lo que somos dos tradiciones muy diferentes, sino solucionar por la vía del diálogo el conflicto, apostando así por un enfoque en positivo de la cuestión".

"Siguiendo el dicho popular de que 'más vale un mal acuerdo que un buen pleito', nos hemos sentado con la voluntad de dar una solución dialogada al conflicto que nos afecta a ambas partes", concluyen desde el grupo de apoyo.