España ha registrado 80 olas de calor desde 1975

España ha registrado un total de 80 olas de calor desde 1975, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) que señala que 45 de ellas afectaron a la Península, Baleares, Ceuta y Melilla y 35 al archipiélago canario y que la más intensa fue la que se produjo en el verano de 2003.

En un estudio realizado por la AEMET sobre las olas de calor, se analizan los distintos episodios desde ese año, define el concepto de olas de calor y fija los umbrales de diferentes variables que actúan en estos episodios y condicionan los resultados de acuerdo con los datos recogidos por el Banco Nacional de Datos Climatológicos.

Así, señala que los tres factores que determinan una ola de calor y su intensidad son las temperaturas registradas, la duración y el territorio afectado.

En concreto, define 'ola de calor' como un episodio de, al menos, tres días consecutivos, en el que como mínimo el 10 por ciento de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 por ciento de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000.

Según ha explicado a Europa Press el portavoz de la AEMET, Ángel Alcázar, hasta ahora no había una definición "clara", por lo que este informe permite avanzar no sólo en la definición climatológica, sino para tener un criterio más preciso en los avisos por ola de calor.

En concreto, ha puesto de ejemplo el episodio de "temperaturas extraordinarias" registrado durante la segunda semana de mayo que, según esta definición "no cumpliría los requisitos" de ser ola de calor ya que no llega al umbral de rareza que se exige desde el punto de vista climatológico en la Península, aunque sí lo habría sido en Canarias. "Aunque mayo batió todos los registros del mes en un montón de estaciones, en el cómputo anual no fue ola de calor", ha añadido.

Por ejemplo, hay valores que superan el umbral pero que no suponen un riesgo para la población, frente a otros umbrales de 39 y 40 grados centígrados que suponen "claramente" un riesgo, ha detallado.

De este modo, volviendo al ejemplo de la situación de mayo, se superaron los criterios de la nueva definición en Canarias pero no en la Península, ya que se tienen en cuenta los registros históricos anuales. "Aunque tuvimos mucho calor en Valencia, con más de 42ºC, no habría estado dentro de la definición ya que en verano esta temperatura se alcanza más veces y con más persistencia", ha precisado.

Alcázar ha anunciado que se pretende que los avisos especiales de las olas de calor en el sistema de avisos vayan convergiendo con la definición nueva, aunque habrá zonas en las que no confluyan. Esto significa que en el marco del aviso especial de ola de calor en el sistema de avisos, por ejemplo, si se supera el umbral climatológico de ciudades como Lugo, con 33 ºC o de La Coruña, que son 29,2ºC, se estaría hablando de ola de calor aunque los ciudadanos no se verían afectados.

Por ello, ha añadido que la AEMET busca que la parte de avisos añada lo que supone un riesgo para la población. De acuerdo con la nueva definición, esto coincidirá en la mayor parte de las zonas del interior peninsular y especialmente en zonas del valle del Guadalquivir, que tienen mayor riesgo climatológico para la población, aunque no tanto en el Cantábrico, que tiene valores más suaves.

ANÁLISIS

En el estudio se han seleccionado 137 estaciones meteorológicas, seis de ellas en Canarias, de acuerdo con requisitos como su funcionamiento en la actualidad, su antigüedad y su distribución. Además, se refiere a la "anomalía de la ola" que consiste en la media de las anomalías máximas para el día más cálido de cada estación que registra ola de calor respecto a su temperatura umbral.

De acuerdo con estas definiciones y características, la ola de calor más importante de las sucedidas en la Península, Baleares, Ceuta y Melilla, desde 1975, es la que se extiende desde el 30 de julio al 14 de agosto de 2003. Esta ola de calor tuvo una duración de 16 días y es "con mucha diferencia" la más larga. También ese mismo año ha sido destacado por la AEMET porque durante los días 3,4 y 9 de agosto un total de 28 provincias estuvieron afectadas.

Sin embargo, por territorio afectado, la más importante fue la registrada entre el 8 y el 11 de agosto de 2012, que se extendió por 40 provincias.

Respecto a la de 2003, la AEMET destaca que fue una ola de calor "especialmente destacable en todos los sentidos", porque la anomalía de la ola fue de 3,7 grados centígrados, un valor superado únicamente por la de 1987, que fue de 4 grados centígrados. En general, el verano de 2003 fue muy caluroso en su conjunto y se mantiene, hasta el momento como el momento el más cálido desde que hay registros.

Alcázar ha subrayado que la de 2003 tuvo una persistencia de más de 15 días y tuvo muchas consecuencias y fue muy generalizada ya que afectó a buena parte de España pero también a Francia a Italia, Balcanes y Grecia, y en general, a los países del suroeste de Europa. "Esta situación impactó más donde menos acostumbrados estaban al calor. Por ejemplo tuvo más repercusiones en la población en Francia que en España, aunque el país vecino no tuvo las temperaturas más altas", ha señalado.

En cuanto a las olas de calor en Canarias, el estudio de la AEMET ve "difícil elegir la más relevante", de modo que si se considera la duración, la más destacable es la que se registró entre el 28 de agosto al 10 de septiembre de 1976, que tuvo 14 días de duración, aunque tuvo una de las anomalías de ola más bajas, con 2,3 grados centígrados y sólo afectó a la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

Por anomalía de ola, la más destacable fue la del 5 al 15 de agosto de ese mismo año, 1976, que tuvo una anomalía de 6,1 grados centígrados y tuvo once días de duración y las dos provincias afectadas.

Finalmente, la AEMET subraya que, de acuerdo con este estudio, por 'ola de calor' se entiende que como mínimo el 10 por ciento de las estaciones consideradas superan su temperatura umbral, al menos, durante tres días consecutivos.